Universos escolares en la literatura infantil

Desde un marzo particularmente cálido en Buenos Aires, Agustina Palenque nos comparte un recorrido por algunos libros ilustrados publicados en Italia, Argentina, Brasil y Chile. En cada uno de ellos aparecen distintas representaciones que dan cuenta de la universalidad de algunas tradiciones y elementos de la escuela moderna.

Por Agustina Palenque


 

Según el calendario gregoriano, el año parece comenzar el primero de enero, porque así funcionan las convenciones. Pero al menos en el Sur de nuestro continente, la verdadera sensación de un año nuevo llega con el mes de marzo, cuando miles y miles de niños y niñas vuelven a la escuela.

No importa cuántos años hayan pasado desde la última vez que pusimos un pie allí. Muchos nos entusiasmamos ante las estanterías de una librería llena de lápices de colores, cuadernos y cartucheras. Otros se despiertan con la pesadilla de verse obligados a rendir física de cuarto año de nuevo. Todo esto nos habla del poder simbólico de una institución que parece eterna, aunque esté lejos de serlo. Así lo explican Pablo Pineau, historiador de la educación de la Universidad de Buenos Aires, y Carla Baredes, Física y editora de Iamiqué, en La escuela no siempre fue así (2019).

 

“La escuela no siempre fue así” (Ed. Iamiqué, 2019)

 

La humanidad siempre ha buscado formas de transmitir los saberes comunitarios a las nuevas generaciones. Sin embargo, algunos saberes, como la lectura y la escritura, estaban restringidos a unos pocos (y con esto me refiero a varones, blancos, de las clases altas). Los primeros experimentos de escuelas masivas en Occidente nacen con las ideas de igualdad de la Revolución francesa y la necesidad de mano de obra disciplinada requerida por la Revolución industrial. Algunas curiosidades que comparte este libro explican el origen de instrumentos que conformaron la historia de la escuela y sus tradiciones:

  • Pupitres: el diseño de estos bancos surge a comienzos del siglo XX. Médicos, pedagogos y arquitectos debatieron por años sobre el tipo de mesa que se requería para aprender mejor. El pupitre, una mesa individual con su respectiva silla atornillada al suelo surge de la necesidad de mantener a los alumnos quietos, en silencio y mirando hacia delante.
  • Carteles y orejas de burro: en la cartilla Lancasteriana, editada en México en 1824, se indicaba la utilización de carteles para calificar el desempeño de cada alumno. Así, podíamos encontrar niños con carteles de “aplicado”, “pleitista”, “juicioso” o “travieso” (con orejas de burro como accesorio).
  • Monitores: en las escuelas lancasterianas había un rol destinado a los alumnos más avanzados para mantener informado al único maestro (a cargo de cientos de niños en un cobertizo). Los monitores tenían permitido premiar y castigar a sus compañeros.
  • Castigos corporales: el uso de látigos, palmetas y otros creativos instrumentos estaban permitidos para disciplinar a los alumnos en las escuelas (Inglaterra los prohibió completamente en 1999, hace tan solo 24 años).

Así y todo, con sus cambios y matices, cuando miramos las representaciones de escenas escolares en libros ilustrados nos encontramos con elementos que parecen haber trascendido fronteras espaciales y temporales. Pinocho, Matilda, Mafalda, Harry Potter… no son pocos los clásicos que utilizan el escenario escolar como marco de sus relatos. Y es que desde su institucionalización las escuelas modernas han sido los espacios de participación social por excelencia para los niños y niñas.

En esta entrada les comparto algunas reseñas de libros ilustrados recientes publicados en cuatro países diferentes que ofrecen representaciones críticas, románticas, nostálgicas o realistas de la escuela.

 

Qué cosa es la escuela


Luca Tortolini y Marco Somà
Editorial Terre (Italia, 2021)

Un elefante, un conejo, un loro y un mapache con pantalones se acercan con sus mochilas a un edificio sin paredes ni techos. Esta escuela con pupitres (donde descansar los codos) y sillas (donde descansar las nalgas) es para niños y niñas (de todos los tipos y formas). Allí encontramos maestros y maestras (los que gritan y los que tienen una paciencia infinita).

“Los maestros y maestras ayudan a aprender. Enseñan lo que es la belleza y esa maravilla llamada imaginar”.

El texto de Luca Tortolini y las ilustraciones de Marco Somá construyen un marco escolar romántico marcado por la presencia del mundo natural y el encuentro con otros (siempre distintos) para aprender. Con cierto dejo de idealismo propio del movimiento escolanovista, o tal vez con algo de nostalgia, este libro defiende con fuerza ese ideal de escuela libre.

El alumno nuevo 

Pablo de Santis y Cristian Turdera

Ed. Calibroscopio (Argentina, 2021)

En este álbum la narradora nos cuenta todo lo que sucede cuando este niño llega a su clase. Los nuevos nunca pasan desapercibidos en la escuela. Pero la historia de este alumno nuevo es diferente. Demasiado pulcro, demasiado silencioso, demasiado perfecto. Un día, su compañera se acerca a la casa del extraño compañero a pedido de la maestra. Así descubre un secreto que nunca había imaginado detrás de la perfección milimétrica del niño.

Pablo de Santis propone nuevamente una historia donde lo perturbador irrumpe en una escena cotidiana de un pueblo cualquiera. Las ilustraciones digitales de Cristian Turdera con líneas rectas y colores pasteles dan una sensación vintage y futurista a la vez. Texto e imagen confluyen para construir el aire de misterio y van dejando pistas a los lectores hasta el final. El alumno nuevo nos deja preguntas sobre la escuela y eso que Perrenoud llamó ‘oficio de alumno’. A este Pinocho moderno le faltaba algo para ser un alumno de verdad: aprender a equivocarse.

Palermo y Neneco

Ana Carvalho y Mariana Zanetti
Sesi-SP Editora (Brasil, 2018)

Palermo y Neneco son hermanos y forman parte del pueblo Mbya-Guaraní en el Sur de Brasil. En este libro se muestran escenas de su vida cotidiana en la aldea. Podemos verlos jugar, correr, recolectar frutos que caen de los árboles y acercarse al abuelo para que los bendiga. Los textos escritos en portugués y guaraní acompañan la construcción de un espacio entre dos mundos.

La serie de libros Um dia na Aldeia (Un día en la aldea) presenta una mirada contemporánea de diferentes pueblos indígenas para hacer circular experiencias de las comunidades de Brasil. Los libros son  adaptaciones de cortos dirigidos por cineastas indígenas (o con participación de personas indígenas).

Aquí lo escolar no parece ocupar una centralidad en la vida de estos niños. Sin embargo, una de las ilustraciones nos muestra a Palermo sentado en un pupitre apoyando su cabeza en la mano con cara de dormido.

 

“Palermo va a la escuela donde repite la lección del día con el profesor: A, Bé, ce, de, efe, ge…(…) Pero es en el bosque, con los mayores, que aprende la verdadera forma de ser guaraní, el nhandereko”.

Palermo y Neneco ofrecen una representación más crítica de la institución moderna destinada a la infancia. Tal vez nos inviten a pensar en cuánto ha perdido la escuela por dejar fuera la riqueza cultural de las comunidades indígenas.

“9 kilómetros” (Ekaré Sur, 2021)

9 kilómetros

Claudio Aguilera y Gabriela Lyon
Ekaré Sur (Chile, 2021)

Los autores de este evocador libro álbum nos cuentan del recorrido de un niño hasta llegar a una escuela rural, desde la oscuridad de la noche hasta la claridad del día. Como vuelo de pájaro, las imágenes nos invitan a acompañar el avance de un joven estudiante desde distintos planos. Las ilustraciones de Gabriela Lyon acompañan el lenguaje tan poético como sencillo de Claudio Aguilera para construir un texto sensible. Resulta interesante ver que esos 9 kilómetros de recorrido son también parte de ese encuentro con el saber. Los discursos de la escuela se filtran en el andar de este niño: “En la escuela aprendí…La profesora dijo…En un libro leí…”.

Estas voces están presentes y abren nuevas preguntas a partir de su propia experiencia en ese avanzar cruzando cercos, ríos, entre lluvias y barro. 9 kilómetros, es un libro realista, tanto por la historia que cuenta como por el estilo de las ilustraciones. Despojado de un discurso moralista, este libro pone en el centro el arduo camino que realizan millones de niños a lo largo del mundo para llegar a sus respectivas escuelas.

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Troquel

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